martes, 20 de diciembre de 2011

El karma

Hoy vamos a hablar de un término del hinduismo que más hemos oido hablar en occidente: el karma.

Para llegar a él primero vamos a dar la noción de dharma. El dharma es lo que se debe hacer según la vida que se está viviendo y la etapa de la vida en la que te encuentras, tanto respecto a ti como persona individual como a tus relaciones con los demás. Es el camino que tienes que recorrer.

Cada uno tiene que decidir sobre su propio destino, del tal forma que a veces acertaremos con el camino y otras no, y es la ley del karma (la ley de causa y efecto) la que se ocupa de dar, en cada momento, los efectos de las acciones realizadas. Tanto las acciones buenas como las malas tienen su efecto. Cuántas más acciones buenas hagamos, más buen karma tendremos tanto para las cosas que nos pasan en la vida presente así como para la siguiente vida. Igual pasa con las malas acciones, nos reportarán cosas malas en la vida presente así como una existencia peor para la siguiente.

Una de las características más llamativas del hinduismo es la reencarnación. La reencarnación no es aleatoria, no es casualidad reencarnarse en un cuerpo o en otro. Es en la vida anterior cuando has determinado tu siguiente vida. Si has acumulado mucho karma bueno tendrás una vida mas desahogada, placentera y fácil. Gente con mucho poder y fama en su vida anterior acumuló mucho karma bueno. Mientras que si tu karma es malo tendrás una vida pobre, difícil y llena de penurias. El ciclo de reencarnaciones se llama samsara y sólo sales de él cuando alcanzas la iluminación.

Hay un cuento hindú que ilustra muy bien el tema del karma:


Un rico mercader invita a unos amigos a su casa. Antes de que los invitados lleguen, manda a su criada a por agua a la fuente. Mientras la chica vuelve de la fuente con el cántaro encima de la cabeza, un águila ve en el suelo a una serpiente y se lanza a cogerla. Cuando vuelve a coger altura el águila la serpiente comienza a revolverse para intentar zafarse de las garras de su opresor. Durante el forcejeo la serpiente escupe veneno que cae en le cántaro que la muchacha lleva lleno de agua.

Cuando los invitados llegan a la casa del mercader se les sirve agua para que se refresquen, y al punto caen todos muertos.

Cuando se investiga la muerte de los invitados se descubre el veneno de la serpiente en el agua. Entonces unos dicen que la culpa es de la serpiente porque el veneno es suyo, pero se dan cuenta de que ella solo se estaba defendiendo. Entonces la culpa es del águila que la apresa, pero el águila intentaba comer y atrapa a la serpiente por supervivencia. Entonces piensan en la muchacha que había ido a por el agua y había puesto el cántaro en su cabeza, pero ella sólo estaba siguiendo órdenes. Así que sólo queda el mercader. Pero él tampoco tiene culpa porque no podía saber ni prever que tal suceso podía ocurrir.

Así que se quedan pensando y llegan a la conclusión de que la culpa es de los invitados, alguna mala acción habrían hecho y el karma les dio el efecto de la misma.

El tema del karma se ha puesto de modo en occidente, como casi todo lo que viene de oriente, y hay varios libros con este tema. Lo curioso es que ha llegado hasta la televisión en forma de serie. Si alguno no ha visto "Me llamo Earl" y le interesa este tema, es una forma divertida de adentrarse en él.

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